Este vodka ha sido creado tras cuatro años de investigación y de puesta a punto para recuperar la receta familiar desaparecida durante la guerra. El vodka Premium representa el éxito de este trabajo. Para hacer un buen vodka, en primer lugar hace falta una mezcla de cereales, principalmente cebada o trigo, cuya composición forma parte de los secretos de fabricación. Después llega el momento de la destilación que se hace de forma continua según el principio de las destilaciones en columnas. Hacen falta varias destilaciones para obtener el resultado deseado: un líquido puro y sin elementos molestos, que finaliza con las sucesivas filtraciones en diferentes tipos de filtros. Finalmente, interviene la mezcla precisa con el agua, que procede de las fuentes más puras de Europa del Norte. El frasco ha sido creado por un diseñador conocido en el oficio, W. Zoller, y recupera todos los códigos de la marca Petrossian: el color azul, las olas de la caja Icono y el barco Petrossian que aparece en un medallón en relieve. Como en un guiño, los granos de caviar se escapan a raudales mientras se inclina la botella para verter el vodka. Al degustar este vodka se descubre toda una paleta de aromas y un calor especialmente discreto. Flexible, muy persistente en boca, es el vodka de los gourmets. El consejo de degustación de Armen Petrossian: Para degustar puro y helado, pero no demasiado. Sacar el vodka del congelador 10 minutos antes de servir, solo o acompañado de especialidades del mar.
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